“Armonía y contraste, los dos elementos que componen la belleza.”
– De la película Vatel (2000)
Cocinar con ingredientes locales y de temporada es uno de los pilares de este blog gastronómico.
Si queremos hacer una cocina más auténtica y más respetuosa con el medio ambiente debemos tener en cuenta la estacionalidad y la disponibilidad del producto. Cocinar teniendo en cuenta dichos conceptos es cocinar de forma armoniosa. Algunas ventajas son sabores más puros y más acentuados ya que los ingredientes no son producidos de forma artificial fuera de tiempo.
Emplear elementos producidos de forma local, o al menos cercana al lugar de consumo, también tiene sus ventajas. En muchas ocasiones los productos que han sido transportados grandes distancias son recogidos antes del momento óptimo de maduración, impidiendo que desarrollen todos sus aromas y matices. Generalmente los productos locales no necesitan cámaras de conservación, permitiendo un correcto desarrollo y conservación del producto y además ahorrando energía.
Por supuesto esto no significa que no se puedan emplear en determinadas circunstancias productos que no cumplan estas características de estacionalidad y localidad, y aquí es donde entra en juego el contraste. Tenemos la suerte de poder emplear productos en nuestra cocina que hace solo unos años ni siquiera eran conocidos fuera de determinados sectores o regiones. Pueden ser productos que por sus características sean difíciles de obtener fuera de ciertas áreas geográficas, o que se hayan convertido en populares de forma reciente.
En cualquier caso lo que recomendamos es emplear estos elementos siempre de forma mesurada y responsable.